Oscuridad...

Hace tiempo me encontraba recorriendo un camino lleno de sombras, incluso algunas veces parecía ser oscuro en su totalidad. La confusión frecuentemente visitaban mi mente, la tristeza aparcaba en mi alma, era imposible no rendir mi corazón ante esas emociones.

Cuando trataba de caminar y continuar mi camino, la oscuridad debilitaba la seguridad de mis pasos, tantas veces pensé que mi caminar no tenía dirección, que carecía de sentido, no sabía que lugares recorría, ni cual era mi destino.

Al no descubrir cual era el rumbo de mis pasos decidí no caminar más, no quería encontrarme con el fondo del abismo, había demasiadas dudas dentro de mi ser que me confundían y me impedían ordenar mis ideas, y así, permanecí inerte, casi sin vida.

Fue solo el tiempo que permitió, que desde algún lugar lejano alguien pudiera escuchar mis lamentos, llegó hasta donde me encontraba, y sin pensarlo, tomó mis manos y en silencio, pude sentir toda la paz de su ser. Cuando intente hablar, ella con sus frágiles manos rozó mis labios y simplemente no pude decir nada. Decidí tomarla entre mis brazos y llenarme de esa atmósfera de paz que destilaba, y volar, me permití volar en aquel mágico sueño donde la oscuridad se apaga y un rayo de luz es capaz de iluminar el alma.